Atardeceres de grises casi azules,
es posible que vuelvas a nacer
envuelta en pañales de esperanza ,
saboreando el cielo y el dolor
como seres que
lloran gota a gota
como gritos a los que falta la voz.
Tu perfume, me vuelve casi loco,
hierbabuena,
con matices de amargor
o quizás aguardiente de sabores,
oro negro y miradas de turrón.
Se volvió la soledad una enemiga
y en los lagos entre flores de algodón
se ha camuflado el verso y tus cabellos,
como nata cortada por el sol.
No puedo reconocer que estoy muy loco
ni puedo consentir que alrededor
se mancillen tus sueños y mis labios.
No pudo gritar, lleno
de amor,
que te quiero, como se quiere a lo
imposible
que en el juego del amor
he llegado a conseguir el primer premio.
Y que después del tiempo está tu voz.
F.V.
08-08
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